Noche mítica de Los Espíritus
La banda argentina ofreció el misticismo de Caldero a Guadalajara
Hay que remar, y en el peor de los casos, contra corriente. Hay que levantarse y enajenarse en una cotidianidad que te va consumiendo de a poco. Y es miércoles, te levantas sin ganas. Hay que ir a trabajar para poder comprar lo que crees que necesitas para vivir, o eso nos han dicho con bombardeos y asedio. Y nos damos cuenta, hasta que salimos de la oficina, que esta noche será diferente.
Y así lo fue. Todos los que asistimos a C3 el pasado 27 de noviembre en Guadalajara para ver a Los Espíritus, por un momento, salimos del asedio, gritamos nuestra libertad desde los primeros acordes de "Mares".
Sin embargo, la expectativa por la interpretación espiritual había ido cada vez más en aumento. Los anfitriones fueron la banda tapatía Uay, quienes dejaron un ambiente psicodélico tropical. Aun así, la duda era qué canciones escucharíamos esa noche, cómo sonaría la nueva alineación de Los Espíritus.
Los argentinos, en su tercera presentación en la ciudad, no nos defraudaron. Nos llevaron a la esencia de nuestro continente. Si Latinoamérica es una mezcla de la herencia indígena, europea y africana, todas esas misturas están atesoradas en las canciones de Los Espíritus.
Si estuviste en su presentación, seguro entró por tu piel lo chamánico de las culturas originarias; lo místico de la religión; el ímpetu de las percusiones y ritmos afrodescendientes (¿cómo se entendería nuestra música sin la influencia del jazz, el blues, el funk, el reggae o la salsa y todas aquellas resonancias de la fuerza negra de nuestra América?).
Es verdad. No escuchamos "La crecida", nos faltó "Perro viejo" o la implacable "Perdida en el fuego". Entonces, como para llenar esos huecos y darle una base acústica a su sonido había que dar más al difícil público de occidente. Y la sensación fue una explosión. La agrupación atendió la euforia de la audiencia, saliendo en tres ocasiones más, evocando los míticos "Lo echaron del bar" y "Jesús rima con cruz" que concluyeron las más de dos horas de concierto que entregaron los porteños. Su nuevo álbum Caldero tuvo una exitosa recepción.
Y no es para menos, las letras y armonías de Los Espíritus parecen contener todos los reclamos de América Latina. Escuchamos la pobreza, la lucha de clases, la marginalidad, el hambre, el deterioro del planeta, la invisibilización de los pueblos, la discriminación indígena y la opresión a las mujeres, en fin, si habría que descubrir musicalmente la actualidad latinoamericana, dedicaría unas horas a los contundentes discos Caldero, Agua Ardiente, Gratitud y Los Espíritus.
Por: Omar Ximénes
Fotos: Christian con Hache